sábado, 4 de junio de 2011

II. Minuet (segunda parte)

Al entrar a la sala, Albert notó que el profesor ya se encontraba allí, y además habían tres o cuatro alumnos.

Al, ¡buenos días! — dijo Mr. Viktor con tono efusivo, al verle en la puerta. Los otros alumnos se dieron vuelta para ver quien había llegado.

Buenos días, profesor — respondió Albert estrechándole la mano algo avergonzado.

Albert era un joven con un dejo de timidez, lo que hacía que de vez en cuando la exagerada efusividad de Viktor lo hiciera sentirse algo abrumando.

Mr. Viktor, ¿no habrán problemas por el hecho de que usted haya sido mi profesor tantos años? —preguntó Albert

No, ninguno — respondió Mr. Viktor con toda seguridad — A más de alguno de los alumnos presentes les hice clases—

Al sonrió y sintió algo de alivio. Luego se acercó a un puesto cerca de la ventana y dejo allí sus cosas, y mientras hacía eso una alumna se le acercó.

Hola — dijo la joven sonriendo

Hola — hola respondió Albert volteando la vista para observar quién le hablaba

Me llamo Helen — dijo ella sin dejar de sonreír

Yo soy Albert Schweitzer — respondió Al.

Tú eres el hijo del profesor…

Thomas Schweitzer — interrumpió Albert adivinando lo que iba a decir la joven — ¿tanto es el parecido— preguntó riendo

Sí, bastante — dijo Helen riendo — ven te presentaré a los demás-

Albert siguió a la joven al otro lado del salón.

Oigan — dijo Helen alzando un poco la voz, y el grupo guardó silencio — Les presento a Albert — agregó — Albert Schweitzer.

Las miradas se posaron en Albert.

Mucho gusto — dijo Albert sonriendo.

Un joven se acercó y le estrecho la mano mientras se presentaba.

Mucho gusto soy Oskar — dijo él, mientras Albert le respondía el saludo.

Yo soy Richelle — dijo otra joven haciéndole una seña con la mano.

Y yo soy Josef — agregó el joven que estaba al lado de Richelle — es un placer conocerte…tu eres el hijo de Mr Thomas, tu padre le hace clases a mi hermano, es un excelente profesor —

Albert sonrió.

Jóvenes, tomen asiento — interrumpió Viktor — Falta … — dijo Mr. Viktor mirando la lista — … El Sr. Rosner —

Presente — dijo alguien desde la puerta.

Los alumnos se rieron. En la puerta estaba de pie Idek Rosner.

Disculpe profesor — dijo Idek — tuve que llevarle un encargo al profesor Hoffer y se me hizo tarde — agregó él

Esta bien, pase — dijo Viktor con expresión desaprobatoria — pero que no se repita

Esta bien Mr. Hoffman — dijo Idek, y tomó asiento.

Soy bastante estricto en lo que respecta a la puntualidad — siguió diciendo Viktor — Si alguno llega tarde, que no se moleste en tocar, porque no lo dejaré entrar a mi clase, ¿entendido? —

Sí — respondieron los estudiantes a coro.

Luego de hacer esa aclaración, Viktor comenzó la clase.

Como saben esta asignatura esta orientada específicamente a introducirlos en técnica básica de la flauta. La clase de hoy es introductoria, y en ella hablaremos sobre el origen del instrumento y los cambios que ha sufrido con el tiempo — señaló Mr. Viktor.

Albert ya había leído y escuchado esa reseña histórica en más de una ocasión, por lo que la clase no le pareció muy útil, y cuando observó los rostros de sus compañeros, que denotaban un profundo aburrimiento, supo que no era el único en esa situación.

Pasado un tiempo, los alumnos ya no estaban prestando atención a la clase, algunos dormían, otros escribían o dibujaban cosas en sus cuadernos.

Al notar esto, Viktor dijo:

¡jóvenes! — los alumnos que dormían despertaron y ahora todos miraban al profesor.

Considerando que al parecer todos manejan muy bien la información que estoy explicando — la expresión de su rostro cambió a una sonrisa irónica — quiero que para la próxima semana cada uno escriba un informe de 4 páginas sobre el origen de la flauta y que expliquen por que es importante conocerlo.

Luego de que dijo eso, se escucharon algunas quejas.

que sea de 6 páginas, y el texto puntúa para su nota final de curso — agregó Viktor en tono autoritario.

Todos guardaron silencio.

Es todo, pueden retirarse — dijo Viktor en tono serio.

Y los estudiantes se levantaron y salieron del salón.

“Nunca había visto a Viktor tan enfadado” pensaba Albert mientras caminaba hacia su casa. Cuando iba a medio camino escuchó que alguien lo llamaba.

Hey, Al ¡espera! — decía un joven que caminaba rápidamente con una maleta de violín en la mano, en dirección hacia donde estaba Albert.

Albert se detuvo, volteó la mirada, y al ver quién era, sonrió.

1 comentario:

  1. :O Que loooooko, me encanta como escribes :D quiero seguir leyendo ! :D Si fuera libro seria el primer libro que compraria (original )
    Te kero amigo :D

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